Ferrero
aseguro que no hay década ganada y la realidad cae con todo su peso sobre la
falacia del relato oficial aplastándolo. Dijo que hoy la agenda de los
argentinos se debate lastimosamente entre prioridades como la inseguridad, la
inflación y el desempleo
En la tarde
de este sábado 31 de mayo culminó la edición 2014 del Congreso de
Confederaciones Rurales Argentinas que durante el viernes 30 y sábado reunió a
dirigentes agropecuarios, productores, profesionales del campo y público en
general en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú.
Como
culminación del Congreso confederado, el presidente de CRA, Rubén Ferrero, dio
sus palabras de cierre que a continuación se transcriben:
Discurso brindado por Ferrero
La
democracia necesita de la virtud, y se basa en una virtud: la confianza. Hoy la
confianza está carcomida por tanta mentira acumulada. Está claro: no hay década
ganada y la realidad cae con todo su peso sobre la falacia del relato oficial
aplastándolo. Para los que hace años venimos pidiendo sinceramiento y diálogo
esto no es ninguna novedad. Tenemos la honestidad intelectual de haberlo dicho
siempre, con firmeza y valentía, sin haber cedido a la obsecuencia ni al
aplauso premiado por la dádiva.
Una sociedad
civil responsable y participativa es la garantía de que un sistema democrático
no se someta a las tentaciones autoritarias del poder. Formamos esta sociedad
responsable y participativa, y es esta sociedad la que desde el compromiso y la
institucionalidad está llamada a mejorar la calidad de la democracia.
Una
democracia que requiere políticas públicas consensuadas y diseñadas para
garantizar a presente y futuro una sociedad de verdad más inclusiva, y que
necesita de hombres –capaces y comprometidos garantes de esas políticas de
Estado- que entiendan la política como vocación de servicio, con honestidad y
transparencia.
Esa
democracia deberá privilegiar los valores, apreciar el trabajo y premiar el
esfuerzo. Requerirá de una política educativa con alta calidad de aprendizaje,
que promueva el pensamiento crítico y disminuya la brecha entre pobres y ricos
rescatando la excelencia como base sólida para afrontar los cambios que se
avecinan.
Hoy la
agenda de los argentinos se debate lastimosamente entre prioridades como la
inseguridad, la inflación y el desempleo. Son tantas las preocupaciones
cotidianas y tan prepotentes sus urgencias que vivimos el día a día con agobio,
en la dañina nebulosa de la desinformación. Y cuando en el país suena las alarmas
paradójicamente el Gobierno lo único que aporta es más incertidumbre. No hay
inversiones, sólo especulación financiera. La emisión monetaria sigue su
carrera imparable y el ajuste fiscal brilla por su ausencia.
La
inflación, como un cáncer silencioso se traga día a día el ajuste cambiario y
devora el salario de los trabajadores, ven peligrar sus puestos en empresas que
hacen malabares frente al aumento de los costos. Mientras tanto, el Gobierno
insiste en que no hay pobreza, cuando lo que no hay son cifras ciertas de
pobreza. Será que sincerar esas cifras implicaría reconocer que en este punto
la década también está perdida.
Desde CRA
defendemos el sistema federal adoptado por la Constitución Nacional, basado en
el respeto a las autonomías provinciales preexistentes evitando la
concentración de poder en un mismo centro geográfico. Sabemos que hoy el
federalismo argentino es una ficción a la que el Gobierno echa mano sólo para
sostener el relato, y la realidad nos demuestra que se ha impuesto un verdadero
régimen unitario por sobre un federalismo totalmente avasallado.
Frente al
escenario que empieza a desmoronarse, la Presidenta, enfundada en su clásico
autismo, sigue disfrazando la realidad para mostrarla estupenda. Mientras
convoca a la unidad nacional en Plaza de Mayo descalifica y enfrenta a los que
piensan distinto. Sería oportuno recordarle que pensar distinto y disentir no
implican volver atrás, sino todo lo contrario: está en la base del sano
ejercicio de toda democracia madura y vigorosa.
Por eso son
tan importantes encuentros como éste. Porque juntos, en un espacio de
información y concienzuda reflexión nos podemos dar el lujo de pensar en el
mañana, en cómo construir una Argentina más habitable y más próspera, una
Nación soberana sobre la base de ciudadanos tolerantes entre sí y respetuosos
de la ley. Al diagnóstico adverso lo contrarrestamos con propuestas capaces de
diseñar un futuro diferente para las generaciones que vienen. Un futuro que
requiere imprescindiblemente de la participación y el compromiso.
Agradezco
especialmente la presencia de tantos jóvenes entusiasmados y convencidos, y
repito una vez más que ustedes son nuestro capital y la bocanada de aire fresco
que nos impulsa a seguir creyendo que podemos crecer y superarnos.
En épocas
difíciles como esta, estimula volver a las palabras del poeta Esperancino José
Pedroni en “La invasión Gringa”:
“Hoy nadie llegaría, pero ellos llegaron.
Sumaban mil doscientos. Cruzaron el Salado. Al cruzarlo, afanosos, lo probaron.
Y los hombres dijeron: “¡Amargo!”. Pero siguieron.”
Hay que
seguir. Siempre hay que seguir. (El Regional Distrital)