Sólo en territorio bonaerense se venden 1.500.000 cajas de psicofármacos por mes. Al mismo tiempo, aumentan las consultas por abuso de estos medicamentos mezclados con alcohol.
El gobierno
bonaerense sale a la caza contra la
venta ilegal de psicofármacos Sólo en la provincia de Buenos Aires se venden un
millón y medio de cajas de psicofármacos por mes.
Un dato
preocupa a las autoridades sanitarias: las consultas por abuso de psicofármacos
crecieron de manera considerable en los últimos tiempos, y es que, además, sólo
en la Provincia de Buenos
Aires se venden un millón y medio de cajas de
psicofármacos por mes, es decir, su consumo aumentó un 75% entre 2004 y 2012.
Estos medicamentos, combinados con alcohol, producen un cocktail explosivo que,
según datos oficiales, constituye una de las drogas más frecuentes entre
quienes participan en hechos delictivos. Por eso, el Ministerio de Salud de la
Provincia y el Colegio de Farmacéuticos lanzaron una campaña para detectar
tanto las prescripciones como la venta ilegal, en todo el territorio
bonaerense.
De acuerdo
al último relevamiento de la subsecretaría de Atención a las Adicciones, los
psicofármacos mezclados con bebidas alcohólicas ocupan el segundo lugar entre
los motivos de consulta por intoxicaciones. Más precisamente, entre quienes
ingresan a las guardias se destaca el consumo de Clonazepam, un ansiolítico
cuyas ventas se dispararon un 105 por ciento en la última década.
El sistema para
controlar el expendio de psicofármacos de la provincia de Buenos Aires es
pionero en el país y consiste en la emisión de las denominadas “recetas rosas”,
como único método para prescribir y dispensar este tipo de medicamentos. Estas
órdenes son emitidas por el ministerio de Salud y enviadas a las Regiones
Sanitarias y al Colegio de Médicos, desde donde se encargan de distribuirlas
entre los hospitales y los profesionales con consultorios privados.
Sin la
receta rosa con la prescripción del médico, los farmacéuticos están
imposibilitados de vender los psicofármacos que figuran en las listas III y IV:
ansiolíticos, neurolépticos, tranquilizantes mayores y antidepresivos.
Con el
acuerdo firmado, el ministerio de Salud y el Colegio saldrán a detectar el origen
de las recetas rosas apócrifas y de las prescripciones ilegales. Cómo?: el
Colegio generará un programa on line de registro y control de las recetas rosas
y una fuerte campaña de difusión del programa, especialmente entre las 4.200
farmacias habilitadas por la Provincia. El ministerio de Salud implementará un
registro de la cantidad de las recetas rosas entregadas y solicitará al Colegio
de Médicos la base de datos de los profesionales matriculados autorizados para
la prescripción de psicotrópicos.
El ministro
de Salud de la Provincia, Alejandro Collia, sostuvo que la campaña contra la
venta ilegal de psicofármacos “forma parte de la emergencia en seguridad
dispuesta por el gobernador Daniel Scioli, y que incluye un amplio abanico de
medidas entre las que se cuentan acciones de salud pública como la apertura de nuevos Centros de Prevención y
Atención a las Adicciones (CPA) en barrios de alta vulnerabilidad social, y
medidas de prevención y control como este acuerdo con el Colegio de
Farmacéuticos”.
Es que un
estudio reciente de la subsecretaría de Atención a las Adicciones sobre 9.291
casos, reveló que si bien el paco y la cocaína son las drogas que más aumentan
la agresividad entre los consumidores, quienes participan en acciones
delictivas suelen hacerlo bajo los efectos del alcohol combinado con
psicofármacos.
“El sistema
de las recetas rosas permite construir un perfil epidemiológico sobre el
consumo de estos medicamentos, disminuir su circulación ilegal y confeccionar
un padrón de médicos para conocer quién los está dispensando y dónde”, explicó
Collia.
Por su
parte, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos bonaerense, Isabel Reinoso,
señaló que la campaña se enmarca en la firma de un convenio que tiene como
principal objetivo “trabajar en conjunto para prevenir el uso problemático de
estos medicamentos, su abuso y dependencia, a través de un programa que
profundice el rol del farmacéutico como agente sanitario”.