
Sí, ese era
un "diagrama de emergencia" con servicios básicos y elementales
(vigente desde agosto de 1992) que hoy día sería la envidia de nuestra
"red" de pasajeros. Teníamos trenes a velocidades y frecuencias
razonables entre Buenos Aires y Neuquén, Bariloche, Toay, General Pico,
Posadas, Corrientes, Paraná, Tucumán, Córdoba, Santa Fe, Resistencia, Salta,
Jujuy, San Luis, Mendoza, San Juan, y muchos lugares más, abarcando casi todas
las regiones del país.
La
devastación ferroviaria había comenzado un par de décadas atrás, pero el 10 de
marzo del '93 representa la aniquilación total de nuestras esperanzas. Ya no se
trataba de ramales secundarios que serpenteaban parajes inhóspitos: los
argentinos no podríamos viajar más en tren entre las ciudades más importantes
del país. Y si más tarde lo haríamos sería a baja velocidad y con una
frecuencia mínima.
Llegó el
10M, otro más, el número 21. No habrá movilización, ni escraches, ni megáfono
en Plaza de Mayo, pero sí sería bueno que cada uno de nosotros, desde su lugar,
haga un aporte para instalar en la memoria colectiva esta fecha que representa
uno de los errores más graves en nuestra historia: la paralización y desmembramiento
de nuestra red ferroviaria.
Este Lunes
10 de Marzo de 2014, cumplio su mayoría de edad la tragedia más grande que
sufrió el sistema ferroviario Argentino. El desmantelamiento completo y entrega
a privados de toda la infraestructura ferroviaria existente hasta 1993. La
supresión de todos los servicios de pasajeros de larga distancia que unian, en
forma de telaraña, a toda la República.
Hoy
recordamos esta fecha, para saber elegir, hacer memoria y luchar por lo que una
vez fue orgullo a nivel mundial.
Texto de Satélite Ferroviario / Fede Pallés y Amigos del
Ramal Victoria-Pergamino