Después de
la tormenta del miércoles de la semana anterior, y cuando regresaba a su casa
–ya día jueves- Pedro Oscar Hernández encontró, frente a su domicilio, una piña
gigante, color verde mate, que luego comprobó que pesaba 5 kilos 900 gramos y
tenía una altura de 29 centímetros. La aparición de la misma no tiene
explicación racional, ya que son pocos los pinos plantados en la ciudad; siendo
uno de los lugares en que puede observarse esta especie la zona de rotonda y en
Plaza Estrada.
Lo cierto es
que el vecino trabajador tiene en su poder toda una reliquia, insólita e
histórica, en su vivienda, donde muchos ya le han pedido este fruto y él, por
nada del mundo se desprende del mismo.