(La Posta del Noroeste) Otro joven perdió
la vida en Lincoln generando una gran conmoción en la sociedad. En las primeras
horas de la madrugada de ayer, el deportista Hernán Jorge Salazar, de 25 años,
sufrió un paro cardíaco que provocó su deceso.
Salazar,
apodado el “Enano” por sus amigos, era hijo de Marisa Muñoz y de Jorge Salazar; hermano de Iván, Rocío y Enzo.
En relación
a su muerte, según pudo averiguar este diario, a la una de la madrugada de ayer
ingresó al Hospital Municipal “Dr. Rubén Oscar Miravalle” con un fuerte dolor
en el pecho. Tras ser asistido en la guardia del nosocomio, de manera inmediata
se ordenó su internación en la sala de cuidados intensivos, donde estuvo
alojado hasta las 02.45: hora en que un paro cardíaco acabó con su vida.
Salazar
había realizado sus estudios en la Escuela Normal “Abraham Lincoln”. En la
actualidad, cursaba el segundo año del Profesorado de Educación Física en el
Instituto Nuestra Señora. Sus condiciones futbolísticas le permitieron jugar en
varios clubes de renombre a nivel nacional (ver recuadro).
Sus restos
fueron velados ayer en la sala de la empresa Rolla, de Rawson 77, y a las 17
horas recibieron sepultura en el Cementerio municipal, donde una multitud
despidió al joven deportista.
Dolor
El deceso de
Hernán Salazar se transformó en un nuevo dolor social. La muerte joven
pareciera ser una maldición sembrada sobre suelo linqueño. En marzo de este
año, cabe recordar que Joana Costanzo, de 15 años, y Hernán Ezequiel Valfré, de
19, murieron como consecuencia de la inseguridad vial. El domingo 6 de junio,
la víctima fatal fue Santiago Siri, de 25, quien murió como consecuencia de un
accidente automovilístico sobre la ruta 50. De una tragedia a otra, dolores profundos,
pérdidas irreparables. Así, Lincoln se enluta nuevamente.
El fútbol, de luto
Noticia de
las feas en la mañana de ayer. Desde muy temprano se supo del fallecimiento de
Hernán Salazar, producido en la madrugada del martes. Una noticia que
entristeció a todo el ambiente en la ciudad.
Hernán jugó
recientemente en el Argentino B para El Linqueño, nació futbolísticamente en su
querido Argentino, luego emigró a Lanús, pasó a Belgrano de Córdoba y
posteriormente a Rivadavia. Desde hacía unos años defendía la casaca del CAEL.
Ayer,
lamentablemente el “Enano” se fue. Una pena bárbara, porque se fue un gran
tipo. A toda su familia, nuestro respeto