Que no se nos vaya el tren… de nuevo

Hoy, hablar de trenes es sinónimo de desidia, tragedia, muerte, horror, abandono y un sinfín de calificativos más, no solo por las muertes y heridos en la tragedia de Once, hoy la Tragedia de Castelar, sino por las miles de muertes de desconocidos que fue cayeron bajo el desplome del sistema ferroviario.
Los pueblos se fueron muriendo en masa cuando dejaron de funcionar los trenes por políticas erróneas, compromisos económicos y quietud popular, y sus pobladores se marcharon en busca de otros horizontes para poder seguir sobreviviendo.

“El Carlos riojano”, por la década del 90 dijo “ramal que para, ramal que cierra” y fue de palabra. Luego llegaron otros, que como al tren no lo usaban, prefirieron los helicópteros, tampoco hicieron nada. Después, llegaron  los actuales, que nos iban a llenar de autopistas, tren bala, volver a transformar el sistema ferroviario nacional, pero no hubo nada, solo palabras y parches, cual prolijo gomero, que trata de tapar agujeros hasta que uno nuevo se haga. Lo lamentable, es que ninguno, ni los de antes, ni los de ahora les interesa la gente. Y cuando digo que no les importa la gente es verdad, es mirar como viajan, no solo los que deben tomar el tren diariamente para llegar a sus trabajos, sino para los que viven en el interior y no tienen otro medios para hacerlo, pues no todos pueden solventar el costo de un boleto de colectivos y máxime si son varios de familia. No se sabe cuándo salen, cuando llegan o mejor dicho a veces ni llegan, ni hablar de las condiciones en que se lo hace. Ni los animales lo hacen asi.
Pero quiero hacer un breve llamado de atención con lo que sucede en Carlos Casares. Hace ya varios días, quizás 10 o15 que se vienen suspendiendo, por diversos motivos el servicio de trenes de pasajeros, aducen a tareas operativas, pero no hay nada concreto.
Lamentablemente esta historia ya la vivimos, quizás no suceda lo mismo, pero hay que estar atentos para que no nos vuelva a pasar, que el tren deje de funcionar, porque si esos sucede cada uno de nosotros, usuarios o no también iremos despareciendo, porque son parte nuestra.
Nuestros representantes, quienes han sido elegidos por la voluntad popular deberán inmiscuirse en el tema y averiguar qué pasa, si es momentáneo, si es por poco tiempo o es momentáneo “para siempre” este problema.
 AVERIGUAR QUE PASA,  PARA “QUE NO SE NOS VAYA EL TREN… DE NUEVO”.